«Divercuentos, porque la diversidad cuenta» es lo mejor del año cuentero. Sin ninguna duda.
Desde hace 7 años hacemos este evento de ASILIM, la Asociación para la integración lingüística del inmigrante en Madrid, en el que alumnado y profes de la asociación toman la palabra y nos traen los cuentos que les importan, los que recuerdan de su infancia, los que consideran importante compartir.
Y los traen en sus idiomas maternos, lo que es un verdadero privilegio, porque no es habitual que te cuenten un cuento en Azerí, Pulaar o Árabe, ni siquiera en Gramelot! La preparación y traducción corre a cargo de mis compañerxs de la narración, que siempre dan un sí sin condiciones a participar en este evento, ¡gracias!
Este año, además, formamos parte de las III Jornadas Solidarias «Del olvido a la acción», a favor de las personas refugiadas, en Matadero Madrid, en las que parte de la recaudación estuvo destinada a Asilim, en una acertadísima decisión de apoyar a esta ONG maravillosa.
Empezamos la jornada Eva y yo, porque como era la única profe tenía que dar ejemplo. Eva es sevillana, y yo bogotana y contamos «La gran aventura de la humanidad», una historia que Eva leyó mil veces en su infancia, y mil veces soñó con sus personales. Contó en Gramelot versión Evalónica, es decir, en su personal versión de ese lenguaje inventado que todo el mundo conoce y es capaz de hablar. Lxs peques del público se rieron a carcajadas y hasta gritaron «está loca!».
Nos relevaron Javid y Carlos Ansótegui, contando la fábula de Esopo «La paloma y la hormiga», que a Javid le gusta especialmente porque muestra como no hay que ser grande para ayudar, que también siendo peque se pueden cambiar las cosas. Javid es de Azerbaiyán, y contó en Azerí, su idioma materno. Carlos era el único madrileño del grupo.
Ousmane, de Gambia, y Margalida Albertí, de Mallorca, contaron «El hombre que obró injustamente», mitad en Pulaar y mitad en castellano. Ousmane eligió esta historia porque fue uno de los cuentos que su abuela le contó en su infancia, y porque se la recuerda a ella, una mujer sabia y fuerte que le enseñó muchas cosas. Y nos cantaron. Y nos reímos.
Edar, de Siria, y Mercedes Toscano, de Canarias/Madrid, nos contaron en árabe y castellano una durísima pero emocionantísima historia sobre las mujeres en la guerra: «Madre de 14», sobre las madres de leche, y en general sobre las mujeres. Edar lo eligió porque habla de que las mujeres damos estabilidad a la sociedad, sean las circunstancias que sean… incluso la guerra. Gracias por esa elección Edar, gracias.
Y cerraron la tarde Mohamed, de Argelia, contando en árabe, y Simone Negrín, de Italia, con una divertida versión multilongüe de «El burro y el gobierno», previa advertencia muy seria que que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. Mohamed lo eligió porque va bien con su personalidad un poco burlona, para contar una metáfora de la realidad actual. Muy divertido.
GRACIAS, de mi parte y de mis compañerxs de narración, a Asilim, porque siempre nos permite ser parte de su labor con estos Divercuentos, porque la diversidad cuenta. Gracias a sus profes, a Azucena, su presidenta, a Laura y Annia, alma de esta actividad, y especialmente a sus alumnos y alumnas que siempre nos regalan un pedacito de su vida en forma de cuento.
Y de mi parte, gracias a mis grandísimxs compañerxs de narración, porque siempre dicen sí. Este año, Carlos, Mercedes, Simone y Margalida. ¡Qué equipazo!
Nos vemos el año próximo 🙂
Soy Ana María Caro, narradora y gestora de esta página que lleva por nombre Cuentos, Cuenteros y Otros Seres Fantásticos