Ayer me lo pasé en grande contando el cuento del hombre-caimán, super-tradicional de la costa colombiana, en inglés. Jejeje, sí, en inglés, lo que convierte al hombre-caimán en el cayman-man.
Y como muchas personas no sabían lo que era un caimán, aquí traigo la foto.
La verdad es que yo había buscado la traducción de caimán en el diccionario, y la pregunté al llegar. Me quedó claro que podía decirse cayman, pero también que no todos lo entenderían, así que pensé explicarlo al comenzar a contar.
Pero me puse nerviosa y se me olvidó, así que parte de la gente (de EEUU, Reino Unido y otros sitios) no supo exactamente de lo que hablaba, aunque se imaginaban que debía ser algún bicho tropical.
El cuento salió bien, yo me estaba divirtiendo, anticipando que todo el mundo se sabría la canción que le corresponde, es decir, «se va el caimán», con la que termino el cuento. Pues no. Ni idea. Nadie la había oído nunca, excepto una chica. Así que la tuve que cantar yo casi solita y a capela. Lección aprendida: no todo el mundo tuvo infancia, ¡y la próxima vez cuento con ello y me adapto!
Me encantó ver las caras de las gentes siguiendo la historia, parece que gustó y yo feliz de contarla. Espero repetir con ella, que cada vez me trae más alegrías.
Gracias a mis amigos de Diamonds Comedy por organizar la sesión e invitarme, ¡me lo pasé muuuuy bien!